Thursday, June 02, 2011

Entre creer y no creer

Y entonces me preguntabas, o te preguntabas a ti misma, cómo es posible que existan tantos ateos a quienes les va tan bien y, siendo uno creyente, cristiano, y orando tanto, las cosas nos estén saliendo tan mal.

La pregunta me quedó dando vueltas en la cabeza por días, así que, aun sin saber si realmente di con la respuesta, por lo menos encontré un razonamiento que me ha hecho sentir mucho mejor.

Partamos de un principio básico, al menos para mí, la voluntad de Dios para mí es lo mejor y sólo lo mejor, el bien máximo, la Gloria, como diría cualquier católico o cristiano. Otro elemento fundamental: Dios ama a toda su obra. Así que, ore o no ore, crea o no crea, Dios nos ama a todos por igual. Sí, lo sé, a mí también me parece un poco injusto, sobre todo porque estoy absolutamente convencida de que a mí me ama un poquito más, pero parece que el amor es el mismo para todos. Así que creyentes, laicos, ateos o lo que sea, la voluntad de Dios para todos es el bien.

Enseguida viene otra frase trillada: Deja ir y deja a Dios actuar. Eso es lo más difícil del mundo. Cuando estamos en medio de una situación difícil, tendemos a orar pidiendo ayuda, tratamos de adivinar cómo hará Dios para resolvernos la vida, nos desesperamos porque Dios se tarda más de lo que “debería”. El ateo, como no cree que Dios va a salvarlo –porque no cree en Dios-, efectivamente deja ir y deja a Dios actuar. Paradójicamente, para el ateo es más fácil dar ese primer paso fundamental para la solución de las situaciones difíciles, porque hace lo que tiene que hacer, lo que debe hacer, lo que está en sus manos y, sin estar consciente de ello, deja a Dios hacer SU parte.

Por desgracia, muchos creyentes están convencidos de que cualquier crisis, situación desfavorable o reto en la vida, es una prueba que Dios nos impone. Así, casi siguiendo a Calvino al pie de la letra, si tú no estás bien, si no eres próspera, es porque Dios no está contigo, porque no eres “elegida” o, peor aún, hay muchos que sostienen que estás pagando por algún pecadillo cometido contra Dios… cuando se supone que Jesús murió por el perdón de nuestros pecados ¿no? ¿acaso eso no nos asegura ya la Salvación?

Tal vez si cambiamos el modo de pensar y reemplazamos el temor por fe, si actuamos como ateos en las crisis y como cristianos en la prosperidad, sería más fácil transitar los momentos ásperos.

Trabajando con niños he aprendido algo: si realmente quieres ayudarlos a formarse como seres humanos integrales, independientes y sabios, a veces debes dejarlos llorar, a veces debes dejarlos resolver solos las situaciones en las que se meten. Si no dejas que un niño camine, aunque te abrace las piernas y te pida gimiendo que lo cargues, nunca va a aprender a caminar; si no dejas que un niño llore porque prefiere dormir en tus brazos que en la cuna, aunque se te parta el corazón escuchando su llanto y viéndolo estirarte los brazos para que lo cargues, nunca va a aprender a dormir solo, a ser independiente, a crecer sano.

A veces, viendo el comportamiento de los niños, aprendo más de mí misma y de mi relación con Dios. ¡Y las pataletas que Yo hago son de magnitudes bíblicas! Pero, así como los niños, Yo estoy creciendo, y con ellos he aprendido a creer que lo que viene es mejor. Incluso cuando, después de aprender a caminar, me he caído y he deseado volver a la época de los brazos, sólo me ilusiona saber que muy pronto voy a poder correr.

Adriana Pedroza

3 comments:

Mateo said...

Me gusta la conclusión a la que llegaste, pero el axioma "la voluntad de dios es el bien máximo" es, como todo supuesto metafísico, al menos discutible.
Si consideramos de repente que la voluntad de dios no es susceptible de ser conocida por el hombre, que dios puede o no querer "el mal" (otro concepto discutible) para algunos individuos, toda la estantería se viene abajo y tanto ateos como creyentes estaríamos al horno con papas...
Cierto es, sin embargo, que del dolor aprendemos y gracias a él nos volvemos fuertes y autónomos.
Tal vez ese sea el verdadero mensaje del cristianismo, que para salvarnos primero hace falta animarse a soportar la cruz... Eli Eli lama sabachthani dijo Jesús, y estaba solo...

Gumersindogv said...

Un poco demasiado de Fe, pero interesante reflexión filosófica. En el fondo es una cuestión de hacernos las preguntas adecuadas. Yo opino que esa "fe o miedo" es más bien algo paralelo a los cambios que vivimos, y del mismo modo que lo analizas trato de hacerlo yo pero desde otro punto de vista que igual te gusta...

http://argumentario.blogspot.com/2011/08/el-dilema-etico-de-la-humanidad-el.html

Es un tremendo dilema ético el que se nos viene encima... Gracias por el post! Salut, Gumer.

Belu. said...

Desde que me lo replanteé y dejé de creer en Dios, comencé a creer más en mí misma y en MI PROPIA voluntad.
Un día me desperté y antes de rezar me dije: Esperar arrodillada rezando no va a solucionar nada, ni en el país, ni en mi vida cotidiana.
Dejé de pedirle a Dios que cuide a mi familia y comencé a hacerlo yo, y créeme que me ha funcionado mejor.
No sé si me va mejor o peor que cualquier otro creyente, dejé de fijarme en eso desde hace años. Ahora solo me fijo en cuidar a familia, en estar para mis amigos, y en ayudar a los que menos tienen.
No me importa a quién le va mejor o peor, porque sé que todo lo que logré lo logré YO y solo YO.
No juzgo a los creyentes, solo explico mi punto de vista.