Ahora sí tengo condiciones decentes para escribir: un cigarrillo y un café.
Estaba pensando acerca tu último mensaje, básicamente aquello de esperar a la mujer correcta. Te estoy parafraseando, no recuerdo cuáles fueron tus palabras exactas, pero creo que básicamente esa era la idea.
Me hiciste pensar acerca de la conducta habitual que uno tiene con respecto al amor y las diferencias que se presentan cuando lo comparamos con la actitud que tenemos cuando se trata de sexo. Uno nunca espera que “aparezca” el sexo, usualmente uno busca sexo, de una u otra manera, pero siempre es una actitud activa. Por el contrario, con el amor, se espera que aparezca, que se de, que esa persona ideal caiga del cielo, que te sorprenda como una lluvia de verano… pero nunca te preparas para buscar el amor. Y si a eso le agregamos que nuestra cultura, por lo menos en América Latina, tiende a confundir amor con matrimonio, el asunto es mucho peor, porque no se busca el amor, se busca “la persona correcta” con quien estás dispuesto a pasar el resto de tu vida.
Una vez hablaba con mi hermano del tema y él me decía “si quieres un tipo determinado de hombre, tienes que prepararte para lograr esa relación como si te prepararas para conseguir el trabajo ideal”. Y hasta cierto punto es correcto, no comparto la visión de mi hermano, quien piensa que el hombre ideal sería un banquero o un político, y temo que él piensa que Yo debería estar dispuesta a ser una mujer trofeo… Nada más lejano a la realidad. Sin embargo, comparto la idea de prepararse emocional y mentalmente para estar en una relación sana, bonita, armoniosa y nutritiva para ambas partes.
Por ejemplo, en mi caso, Yo quiero una relación en la cual pueda tener mucho sexo, me pueda reír mucho, pueda conversar y crecer, pero también donde pueda tener mis espacios de soledad. Yo no quiero a mi lado un hombre que “me haga feliz”, no quiero a un hombre que se empeñe en hacerme feliz, porque esa es mi responsabilidad y porque Yo no estoy dispuesta a “hacer feliz a nadie”. Lo que sí quiero es tener a mi lado un hombre que no me cause estrés, angustia, tristeza, que no me haga sentir mal conmigo misma… básicamente, que no me joda.
Y sé que para tener una relación así Yo debo crecer. A veces pienso que es necesario tener relaciones de prueba, alguien con quien pueda practicar. Simplemente porque Yo tengo la mala costumbre de mandar a la mierda a quien quiera imponerse y, ante el primer indicio de imposiciones o pruebas de fuerza, saco los dientes y le arranco la cabeza. Sí, Yo soy como un león tranquilo, echado bajo la sombra de un árbol en la sabana africana, lamiéndose los genitales, sin molestar a nadie… pero sigo siendo un león, sigo siendo un depredador.
Lo triste es que he perdido oportunidades valiosas, con hombres valiosos y maravillosos, por no saber controlar mi orgullo. Es una tontería, porque pienso en el pasado y estoy segura que las diferencias siempre han podido ser negociadas, pero en mi empeño de demostrar que a mí nadie se me impone… perdí… gané, pero a un precio muy alto.
A pesar de todo sigo siendo optimista con respecto al amor. Creo que no hay nada que el diálogo franco no pueda superar. A veces la verdad es dolorosa, pero cuando es determinante, siempre es la mejor opción. Yo no quisiera saber si mi novio me fue infiel, si salió de fiesta y tuvo sexo casual; prefiero no saberlo, prefiero que sea lo suficientemente inteligente para hacerlo sin que Yo lo sepa. Mientras sea así, y con condón, no me interesa saber la verdad. Pero si mi novio ha dejado de amarme o tiene dudas, prefiero saberlo por él. Una de las cosas que más odio de algunos hombres es que, cuando la relación atraviesa por una fase difícil o dejan de amar, se comportan como idiotas para que sea la mujer, hastiada del comportamiento pasivo-agresivo del hombre- quien termine la relación.
Las relaciones son difíciles, básicamente porque nos hemos quedado en fases de la infancia en las que el niño 1) Hace lo que sea para llamar la atención y conseguir algo parecido a amor; o 2) El niño es el centro de atención y espera que todo el mundo lo complazca.
Nuestra tarea es evolucionar como amantes, y no me refiero sólo al amor sensual. El mismo comportamiento se observa en la relación de las personas con el entorno, con el planeta, con la familia, con los amigos, con los animales, etc. Amar es más fácil de lo que nos han enseñado. Lo que pasa es que nos han bombardeado con ideas absurdas, como que el amor es peligroso, que el que más ama está en desventaja, que debes esconder tus sentimientos para no salir lastimado, etc. Yo creo que amar es demasiado rico como para estar perdiendo el tiempo en juegos psicológicos, que es lo que hemos aprendido desde la temprana infancia.
Voy a fumar otro cigarrillo y seguiré pensando. Me gusta pensar, me gusta que me escribas cosas que me hacen pensar.
Adriana Pedroza
1 comment:
Muy buenooo!!!!!!!!
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