Thursday, April 20, 2006

¡Feminista no!

Por las dudas que pudieran surgir al respecto, y para que nadie se sienta engañado en un futuro, debo aclarar algo: Yo no soy feminista. De hecho, siento tanta aversión al feminismo como al hembrismo, de manera que en el único grupo que me pueden ubicar sin temor a equívocos es en el Pedrociano.

Particularmente, Yo no quiero ser igual a los hombres, no me interesa ser igual a nadie, pero no tolero la discriminación por sexos. Eso no me hace feminista, esa sólo es mi opinión. Cuando salgo con un hombre Yo espero que él me abra la puerta del auto, espero que él pague la cuenta, espero que me vaya a buscar a mi casa y me lleve a ella; pero no tolero que por estos el hombre se sienta con el derecho de exigir sexo a cambio. Yo prefiero que sea un hombre el que cambie los tomacorrientes de la casa, el que mate las cucarachas, el que resuelva los asuntos de plomería, el que lleve la iniciativa en algunos asuntos, pero no me voy a detener si no tengo un hombre que lo haga, Yo puedo aprender a hacerlo, y de hecho lo hago; sin embargo, esa independencia temporal no me hace feminista.

Particularmente Yo, no considero como un avance el hecho de que las mujeres "modernas" decidan no casarse ni tener hijos para dedicarse de lleno a sus carreras, o tener hijos solas, sin que le hombre se involucre, como si esto fuera un paso al frente en la independencia del yugo masculino, porque -por una parte- es sabido que los individuos necesitan tanto a la figura materna como a la paterna para su desarrollo integral, y por la otra, no puedo dejar de preguntarme ¿a quién vamos a dejar poblar el mundo? Al contrario, creo que como mujeres inteligentes, el reto es saber elegir pareja, padre y amante.

Yo pienso que esa aparente "no necesidad" de un hombre, que veo en algunas mujeres jóvenes, profesionales y exitosas en el ámbito laboral, no es otra cosa que un resentimiento bien disfrazado que termina uniéndose en el mismo punto de partida al de las mujeres dependientes: todo gira alrededor del hombre, sólo que ahora esa necesidad de aprobación masculina se escuda en una aparente independencia de ellos, e incluso rechazo.

Nada tiene de malo que una mujer tenga entre sus metas casarse y formar un hogar. Al contrario, me parece muy positivo que aún existan personas capaces de compartir su yo con el mundo para crear nuevas vidas. Por supuesto, pienso que esta no debería ser la única o la más importante meta de una mujer, pero sí debe estar entre sus objetivos (también de los hombres).

¿Cómo sería el mundo si todas las mujeres exitosas, inteligentes, prósperas, profesionales, decidieran no procrear o no formar familias? ¿Quiénes habitarían el mundo en los próximos treinta años? ¿Acaso el legado que profesionalmente dejen estas mujeres será valorado por las próximas generaciones? Si es que suponen que el único legado que dejarán será a nivel intelectual o laboral.

Me siento en la obligación de aclarar que, a pesar de estar en contra de la exaltación de la mujer como hembra, como objeto sexual y procreadora, también estoy en contra de esa nueva...no sé si llamarla tendencia, de algunas mujeres que satanizan los roles de la mujer como madre y esposa, pues considero que estos roles son tan importantes como el intelectual. Tampoco creo en la mujer que para no ser señalada como "objeto sexual" descuida su presencia, su cuerpo, su piel, su cabello; como si esto fuera exclusivo de las artimañas para atrapar a un hombre. No creo en la separación del cuerpo y el intelecto, Yo creo en los seres integrales.

La necesidad de amor no es exclusiva de la mujer, y mucho menos de las mujeres débiles. Todos los seres humanos deseamos amar y ser amados, pero lo que diferencia a un individuo realmente exitoso de su par "aparentemente exitoso" es que actúa en base a sus verdaderos valores y asume feliz los beneficios y perjuicios de sus actos; mientras que los segundos actuarán acorde o en contra de valores ajenos.

Si usted realmente quiere envejecer sola, si ya lo pensó y tiene preparado su plan de jubilación, pues hágalo y disfrútelo sola, no trate de convencer a nadie de seguir su ejemplo, porque esa es su decisión personal, tampoco juzgue a quienes actúan concientemente de manera contraria, porque esa es la decisión personal del otro. Ahora, si en el fondo usted es una excelente profesional, de esas que tienen éxito en todo menos en la vida amorosa, y decidió conformarse con ser la mejor en su área y olvidarse de su sueño de amar y ser amada, pregúntese si alguna vez ha dedicado algo de su tiempo y su energía a prepararse para ser pareja, esposa y madre; quizá sea de las que se ponía a la defensiva cuando le tocaban el tema y juzgaba a las que sí lo hacían, por considerarlas mujeres dependientes, quizá por eso no haya logrado "esa otra meta" que tan feo veía. Quizá le tocará aprender a compartir su espacio con otros seres para poder disfrutar de los beneficios de esa vida que desconoce.

No se deje engañar por el mercado. El cuento de la mujer independiente, profesional, exitosa y sola, es otra maroma de los creadores de personalidades que necesitan de usted para que vaya y gaste bastante dándose vida de soltera independiente y le eche en cara a los hombres que no los necesita. Olvídese de Sex & the City, eso sólo pasa en las series gringas, probablemente si usted me está leyendo sea de cultura hispana y sus valores sean muy distintos, al igual que el de los hombres que la rodean. Estar sola es muy rico y requiere de mucha fortaleza, pero plantearse metas en el área afectiva no hace a la mujer débil. Lo que a mí personalmente me cabrea -y estoy segura que a muchas mujeres- es que aún existan personas que esperen que una mujer se frustre si no logra "esa meta". Una mujer no es ni más ni menos por tener -o desear- un hombre como compañero, sólo son decisiones personales, y como tales son individuales y no deben ser llevadas al juicio social.

Promoción válida tanto para mujeres como para hombres.

Adriana Pedroza

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